Utilizar tarjetas CF a modo de almacenamiento rápido en equipos antiguos es más que una tendencia en el mundillo de la retroinformática.
En equipos obsoletos, que ya son lentos de por sí, cualquier cosa que hagamos para mejorar la velocidad es bienvenida. En este sentido, las tarjetas CF presentan una gran ventaja y es que integran un controlador IDE (el tipo de disco duro anterior a los SATA y el más común en equipos vintage). Esto hace que, si ya tenemos la tarjeta, sólo necesitemos un adaptador de IDE 40 pines a CF (si el equipo es de escritorio) o un adaptador IDE 44 pines a CF (si es un portátil).
Estos adaptadores son realmente baratos, normalmente por debajo de los 10 Euros :
También existen otros adaptadores más «chulos» en función de nuestras necesidades, como por ejemplo poder acceder a la tarjeta CF sin necesidad de abrir el ordenador :
Adaptador IDE 3.5″ a CF para panel posterior
Adaptador IDE 3.5″ para frontal caja, ranura de 3.5″
Ahora que ya tenemos idea sobre los tipos de adaptadores que más nos convienen, hay algunas cosas que es necesario saber sobre las tarjetas CF. Normalmente encontraremos de varios tipos / categorías. Yo recomiendo lo siguiente :
Escoger una que sea de grado industrial. Este tipo de tarjetas, además de soportar un rango de temperaturas y un tiempo medio entre fallos muy superior a las convencionales, suele :
- Soportar modos de transferencia UDMA (ultra DMA) : esto acelera mucho las transferencias respecto a los modos PIO. El modo de acceso UDMA normalmente se habilita en la BIOS del ordenador.
- Venir por defecto con el modo «fixed disk» activo. Esto hace que la BIOS del PC lo reconozca sin problemas como un disco duro convencional y puede ahorrarnos dolores de cabeza a la hora de instalar el -o los- SO (Win2K y XP se niegan a ser instalados en almacenamiento extraíble).
Otra cosa que no suele tenerse en cuenta a la hora de escoger una tarjeta es la velocidad de transferencia. Eso lo sabremos si miramos bien la ficha del fabricante. Yo no recomendaría escoger una por debajo de 200x. Una tarjeta 133x tiene una transferencia de 133 * 150 kB/s = 19950 kB / s = 20 Mb/s.
Yo tuve -y digo tuve porque ahora ya no la tengo- instalada en mi Amiga 1200 una Compact Flash Transcend 133x que me dio muchísimos problemas -principalmente corrupción del sistema de archivos y fallos en el arranque- hasta que la sustituí por un disco duro de portátil de 20 Gb. Si hubiera tenido en cuenta lo que acabo de comentar (y aprendí después), otro gallo hubiera cantado.